26 de noviembre de 2008

Excesos militares?

De cajones y bolsas Negras.
A raíz de la difusión de un video donde el general Edwin Donayre, suelta algunos comentarios antichilenos, se han alzado voces de indignación de doble signo. algunos, como Beto Ortiz y otros, por las expresiones inhumanas que expresa el general en el video. Y, otros, porque siendo un video grabado en una reunión particular, privada, alguien malintencionado colgó el video en Youtube.
Personalmente, me sorprende que la indignación salte cuando se trata de una alusión a los chilenos, cuando bien puede colegirse la extrema y execrable inhumanidad que deben haber desenvuelto las FFAA con los campesinos peruanos durante la época de la violencia política. Ortiz se desgarra y se angustia por las expresiones contra los chilenos. Pero, no conocemos de su indignación por las tropelías militares en tantos pueblos modestos del Perú. ¿que alguna situación es peor que la otra?. Por supuesto que no. Cualquier actitud que linde con este tipo de enajenación del sentido de valoración de la dignidad humana, cualquiera sea, es inadmisible e intolerable por igual.
En realidad, el problema, creo yo, no es que existan estos tipos de militares. Sino, que existan militares. Que aún tengamos que necesitar o tolerar a los militares.
El consentimiento de cualquier factor militar, es una cínica admisión de la posibilidad de la guerra. Y, que Chile se arme o no, es y será un problema para la propia sociedad chilena. Miremos sino, de donde ha venido la mayor agresión contra el pueblo chileno en el siglo XX, si no fue de sus propias FFAA.

13 de noviembre de 2008

La Epopeya de la cultura

Crear para creer.
Hoy, escuchando una entrevista al productor de audiovisuales, Jorge Delgado, se habló de los esfuerzos que vienen realizando un conjunto de personalidades vinculados al quehacer cultural, rumbo a la meta de crear el deseado Ministerio de la cultura.
Delgado, quien lidera el tema, en conversación con Carlos Fernández Loayza de Filarmonía, comentaba lo complicado de la tarea, lo difícil que ha resultado reunir a diversa gente, agrupados en ocho subgrupos que incluyen temas como las artes escénicas, la producción cultural, las culturas vivas y el folcklore, la música, los medios audiovisuales el libro y la creación literaria, la gestión sociocultural, etc.
Lo ma´s complicado, según Jorge Delgado, es superar los recelos, las desconfianzas atábicas, y los eternos miramienntos entre bandos de la comunidad intelectual y artística peruana. Por supuesto, qué duda cabe de que entre nosotros, la desconfianza y el ninguneo, cuando no la envidia, son los factores que determinan el modo en que se llevan a cabo los proyectos colectivos.
Pero, precisamente son estos rasgos de nuestra personalidad colectiva, los que no deberían quedar fuera del análisis a la hora de diseñar y construir propuestas de esta envergadura.
Basta con ver el nivel de nuestra música en la actualidad, basta con constatar el cuidado que se prestan a las producciones culturales alternativas, basta con ver el nivel de desarrollo del cine peruano, y otras cosas, para explicarnos porqué es indispensable atender estos factores que acompañan la praxis cultural peruana.
Delgado reclamaba que la creación de un Ministerio de la Cultura en el Perú, supone que todos los que de algún modo nos vinculamos a ella, movamos algo en ese sentido. Y que institucionalizar la cultura en nuestro país, es una condición para darle el estatus que la cultura, en todas sus manifestaciones, merece en un país como el Perú.
Yo agregaría que es precisamente ahora, cuando hay que encarar estos lastres genéticos de nuestra cultura como son la baja autoestima que se manifiesta en complejos, la desconfianza, la inseguridad, que se traducen en envidia, y el miedo, que se traduce en conformismo y pobreza creativa. No se puede cultivar la erudición, junto con la cerrazón de mentalidad. No pueden seguir conviviendo la exquisitez en el arte, con las mojigaterías sociales.
Si vamos a darle un giro real al estado de la cultura en el perú, varios de esos lastres no deberían quedar incólumes. Pero, si no se quisiera tocar tales lastres, entonces no cabe siquiera soñar, que la cultura en este país, puede ir hacia algún lado distinto al actual.