14 de febrero de 2012

Los Libros digitales se Imponen sobre los Libros Impresos

Mi caso personal.
A estas alturas, puedo señalar que la mayor parte de los libros que he
leído, son libros en algún formato digital, y con ayuda de algún
dispositivo electrónico.
Hoy precisamente, he terminado la excelente novela Sunset Park de Paul
auster, en formato de audiolibro, y con ayuda de un iPod.
¿Tiene esto algo que decir o aportar acerca del debate entre los
e-books y los libros tradicionales?. probablemente no mucho, pero, por
lo menos para mi caso personal, el contacto con el libro, es ante
todo, el contacto con el contenido.
La intangibilidad del libro electrónico, la fluidez que supone su uso
y despliegue, se han incorporado en mi modo de leerlos. Toda relación
con ese viejo concepto del "libro-objeto", ha ido cediendo paso a la
noción de "libro-contenido".
Definitivamente esta experiencia se halla en el borde, en los márgenes
del meanstream, del esquema hegemónico de disponer de los libros.
Pero, qué duda cabe, la ubicuidad que permiten los libros digitales,
en la PC, en la Web, y hoy en los dispositivos móviles, han traído un
nuevo conjunto d experiencias y potencialidades para el disfrute de la
lectura.
Acabo de terminar el libro de Auster, arranco ahora mismo con la
novela de Franzen, y pongo en cola de espera otro título esperado, La
Broma Infinita de David foster Wallace.
Algo se ha quebrado definitivamente en el modo de acceder a la
lectura, algo ya no será lo mismo desde que irrumpió la información
digital, pero, en cualquier caso, el acto de la lectura, el placer de
reproducir mundos, vidas, hechos, y personajes a partir de ristras de
palabras, no está siendo interrumpida. El viejo topo sigue ozando la
tierra.