23 de junio de 2008

Los Hábitos que no se dejan

En los últimos sucesos acaecidos en la semana pasada en el departamento de Moquegua, se produjo algunos hechos poco frecuentes en nuestro país. Poblaciones que se hacen uno con sus autoridades, vastos recursos para el desarrollo regional, Tacna mirando al norte con recelo, etc.
Uno de esos hechos, fue, sin duda, la conducta de los miembros del comando policial que acudió desde Arequipa, a resolver el tema. El resultado fue, solución en pocos días, una población en gran medida satisfecha, no muertos, no heridos, y un gran reto por llevar a la práctica los compromisos asumidos por ambas partes.
Sin embargo, luego del camino que tomara este incidente político social, sale el presidente García, y fustiga sin mayor contemplación al general Jordán Brignole. Lo cataloga de cobarde, lo desafora y ridiculiza mientras que el señor Alva Castro mantiene su condición de titular del ministerio del interior.
Las expresiones de García, van en consonancia con una peligrosa corriente de sentimientos de sectores conservadores de nuestra sociedad. Tratar estos problemas a palos, poner mano dura, resolver los problemas a las patadas, etc. Son los mismos que luego, cuando los resentimientos empozados en el imaginario toman caminos sin retorno, organizan marchas de la paz, denostan de la violencia, y se quejan de lo terrible de la situación. Vale decir, son posturas intolerantes, pero cínicas. Piden sangre; orden con sangre o con lo que sea. Reclaman orden a la mala. Pero, luego, no tienen escrúpulos para crear Consejos de la Paz, como José Diez Canseco, ONGs de derechos humanos, o dar conferencias sobre la violencia en el Perú.
El otro caso inquietante es el del señor García. Pareciera que no pierde los hábitos, las costumbres irrespetuosas de los derechos de la gente, en situaciones de conflicto. El señor García, es quien debería andar con más cuidados ante potenciales masacres o, alguien lo libre, de nuevos genocidios..

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