Lindezas de un Carcamán Impenitente.
Correo.En la última evacuación intestinal del malholiente e infecto colaborador de correo, Bedoya Ugarteche, se suelta con una serie de desvaríos ya dignos de antología.
Dice este plumífero carcamán:Hoy por hoy, ni San Marcos ni la cloaca de Huamanga existirían sin terroristas. Un hormiguero deja de serlo cuando liquidas a las hormigas. Ese par de guariques llamados pomposamente ?universidades? deben desaparecer de la faz de la Tierra.
Lamentablemente, es mucha la gente, como este energúmeno del pasquín correo, cuya opinión se forma en la TV. Cuya percepción del mundo empieza y acaba en la TV, en la prensa local televisiva. O sea, lo que dicen los mediocres noticieros de la noche, y lo que afirman los telemagazines del domingo. Entonces, claro, si mañana a un par de caballeretes de la TV local se le ocurre mostrar un alucinante tráfico de "grasa humana" desde Huánuco hacia Lima, puest, al día siguiente, toda la prensa chichera incluida el comercio, rebotan la nota, y el Perú entra en crisis nerviosa. Claro, luego el policía a cargo de la investigación, no sabe como explicar el tema, y resulta que su mamá le ha contado que ... bla bla bla.
O, si por ejemplo, algún otro ocioso reportero o productor de noticiero quisiera, podría meter en la opinión pública, la creciente migración de ciudadanos chinos en San borja. Los chifas, los saunas, los hostales e incluso, los albergues de chinos en tránsito que existen en San Borja. Y, de seguro, al día siguiente toda la prensa local estará hablando de la "marea china", la "peste amarilla", y demás sandeces.
En este caso, desde el poder estamental claro está, sacan un videito con cuatro gatos proclamando alguna excentricidad de "chicosmalos" en San Marcos. La prensa rebota el tema, entrevista a una serie de cómicos ambulantes, más cómicos que ambulantes, y, entonces, la opinión pública empieza a alucinar que el senderismo, que el terrorismo está renaciendo en el país. Bueno pues, para quienes conozcan san Marcos, las exentricidades y extravagancias juveniles, son diversas y frecuentes. Si no son los góticos, son los subterráneos. Si no son los metaleros, son los grupos de poetas que se juntan un tiempo, y luego, se esfuman. Como si no supiéramos que los jóvenes, en una cierta edad, deben asumir poses, deben ser arrebatados, extremos, ridículamente audaces, alucinados, desarraigados, insufriblemente irresponsables, desvergonzados, eventualmente grotezcos, hiperbólicos, pero también románticos, muchas veces generosos, lúdicamente incorrectos.