2 de julio de 2010

No sé que espera ....

Lindezas de un Carcamán Impenitente.
Correo.
En la última evacuación intestinal del malholiente e infecto colaborador de correo, Bedoya Ugarteche, se suelta con una serie de desvaríos ya dignos de antología. Dice este plumífero carcamán:
Hoy por hoy, ni San Marcos ni la cloaca de Huamanga existirían sin terroristas. Un hormiguero deja de serlo cuando liquidas a las hormigas. Ese par de guariques llamados pomposamente ?universidades? deben desaparecer de la faz de la Tierra.

Lamentablemente, es mucha la gente, como este energúmeno del pasquín correo, cuya opinión se forma en la TV. Cuya percepción del mundo empieza y acaba en la TV, en la prensa local televisiva. O sea, lo que dicen los mediocres noticieros de la noche, y lo que afirman los telemagazines del domingo. Entonces, claro, si mañana a un par de caballeretes de la TV local se le ocurre mostrar un alucinante tráfico de "grasa humana" desde Huánuco hacia Lima, puest, al día siguiente, toda la prensa chichera incluida el comercio, rebotan la nota, y el Perú entra en crisis nerviosa. Claro, luego el policía a cargo de la investigación, no sabe como explicar el tema, y resulta que su mamá le ha contado que ... bla bla bla.
O, si por ejemplo, algún otro ocioso reportero o productor de noticiero quisiera, podría meter en la opinión pública, la creciente migración de ciudadanos chinos en San borja. Los chifas, los saunas, los hostales e incluso, los albergues de chinos en tránsito que existen en San Borja. Y, de seguro, al día siguiente toda la prensa local estará hablando de la "marea china", la "peste amarilla", y demás sandeces.
En este caso, desde el poder estamental claro está, sacan un videito con cuatro gatos proclamando alguna excentricidad de "chicosmalos" en San Marcos. La prensa rebota el tema, entrevista a una serie de cómicos ambulantes, más cómicos que ambulantes, y, entonces, la opinión pública empieza a alucinar que el senderismo, que el terrorismo está renaciendo en el país. Bueno pues, para quienes conozcan san Marcos, las exentricidades y extravagancias juveniles, son diversas y frecuentes. Si no son los góticos, son los subterráneos. Si no son los metaleros, son los grupos de poetas que se juntan un tiempo, y luego, se esfuman. Como si no supiéramos que los jóvenes, en una cierta edad, deben asumir poses, deben ser arrebatados, extremos, ridículamente audaces, alucinados, desarraigados, insufriblemente irresponsables, desvergonzados, eventualmente grotezcos, hiperbólicos, pero también románticos, muchas veces generosos, lúdicamente incorrectos.

Si uno no es eso en una cierta edad, ¿a qué edad tendría que serlo?. a la edad de los congresistas de hoy?. a la edad de este vejestorio vergonzante, como Bedoya Ugarteche?. Con el perdón de los adultos mayores, por supuesto.
¿Que san Marcos es un antro de terroristas?. ja, digo, ¿qué les pasa a los ciudadanos de este país?. Acaso no sabemos que en todos lados hay manifestaciones extremistas y tiradas de los cabellos?. NO, no equivocarse por favor. En San Marcos, básicamente hay gente, jóvenes tratando de forjarse alguna profesión, alguna carrera decente para existir en este país, de alguna manera también decente. No, los jóvenes, los estudiantes de san Marcos, no andan pensando en ideologías delictivas. No, la mayoría, si le preguntan, andan pensando primero, en sexo. Como debe ser. De seguro muchos, en darse la juerga de su vida, si se puede. Eso, de cajón. Segundo, en estudiar y aprobar la mayor parte de sus cursos. Luego, en pasarla bien, en explotar al máximo su edad, y su tiempo. Tercero, en adoptar alguna pose, alguna postura romántica o extravagante.
algunos se meten a tocar zampoña en los grupos de sicuris. Otros, no se bañan, para pasar por hippies. Otros, llevan su guitarrita para dárselas de Slash. Otros, escriben sus más dolorosos versos. Otros, se pelean con Hegel, con Heydeger, o con Wittgenstein. ja. Y, claro, otros sueñan con cambiar el mundo, con trastornar la sensibilidad de su tiempo, a punta de letras. Pero, también hay, que duda cabe, quienes, con temperamento más beligerante o voluntarista, que se inclinan hacia posturas radicales, que bien pueden ser de ultraizquierda, o pronazis. porque, lo que a esa edad importa, es la radicalidad, la postura extrema.
Y entonces, salen los desubicados de siempre, los alaridos de solterona, los apocalípticos otoñales como este Bedoya Ugarteche, para, literalmente, soltarse una ventocidad de este calibre. sí pues, solo un energúmeno como aldo Mariátegui, macho alfa de su misma especie, puede recoger los detritus de reciclaje de este roedor de colaca.
pero, hay una frase, que ya se ha ehcho casi institucional en correo. Y que aquí, repite el carcamán de Bedoya Ugarteche. "No sé qué espera .... para hacer ....", es la frase que repiten como papagallos del trópico, tanto Mariátegui y alguno de sus plumíferos en correo. Fíjense lo que señala en este mismo libelo, el tragaldavas este:
¡Ya pues, Alan! ¿Qué esperas? Aprende de Fujimori.

En los días de la tragedia de Bagua, este carcamán de Bedoya, pedía: "no sé qué espera alan para mandar a la FAP y tirarles napalm a estos indígenas ...". El propio Mariátegui hoy señala algo así como: "no sé qué espera Alan para meter al ejército a san Marcos". En fin, existe libertad de prensa y de opinión, y no podemos hacer nada contra la patología periodística de nuestros días.
Una cuestión adicional. Sin duda, es razonable que el Estado y la sociedad tomen las providencias del caso, para prevenir y conjurar cualquier posibilidad de extremismo criminal. Pero, eso se hace con inteligencia y eficacia. No como un bluf periodístico, y menos, como una estrategia comunicacional con fines sicosociales. Ahora mismo, acaba de producirse una tragedia con el derrame de material combustible en el río Marañón. Eso va a tener consecuencias probablemente irreparables para la zona y la gente de esa región. pero, eso, tiene responsables y culpables. Digo, ¿algo de esto preocupa a estos papagallos de Correo?. Me temo que no. Hoy la criminalidad en la costa y el resto del país, está creciendo como la espuma. Y la relación narcotráfico, crecimiento económico y crimen, es cada vez más notoria. Digo, ¿interesa esto a los huacamayos de correo?. Obviamente no.
Bueno pues, somos los ciudadanos a quienes nos toca poner las cosas y los temas en su justo sitio, y no estos gestores de letrinas periodísticas.

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