Los Muertos de Ayacucho

El Rincón de Siempre.
ayer miércoles, se vió en la televisión, los detalles de uno más de tantos accidentes que dejaron ocho muertos en ayacucho. Se pudo ver el dolor, y los mismos llantos con ese cántico andino tradicional de las mujeres ante sus muertos. Me hizo recordar a los viejos tiempos de la violencia subversiva en ayacucho.
A partir de esto, y las casi diarias pequeñas tragedias por causa de los accidentes automovilísticos que se producen en todas partes del país, se me ocurría pensar en que el factor de la negligencia o anomia vial que se ha instalado en el país, se va convirtiendo en un enemigo público, acaso casi peor que el de cualquier violencia política que haya vivido el país. Pareciera que aún no se ha identificado el factor vial, como una de las causas de desgracias permanentes que se están grabando en nuestro inconciente colectivo. ayer también, un adolescente se suicida por causa de la depresión. Una depresión que surgiera y que no pudiera superar, luego de la muerte de su padre, hace cuatro años, a causa precisamente de un accidente de tránsito. El peligro que uno descubre, es que casi nadie se horroriza, no hay marchas, ya no por la paz, sinó, por la vida, en contra de esta execrable forma de despreciar la vida que se está instalando entre nosotros.
Probablemente hoy tenemos mas muertos por día que en los tiempos del terrorismo. Y, sin embargo, no hay una reacción desde la sociedad civil. No hay una respuesta decidida y frontal desde el estado. Hoy, el propio ciudadano, el propio civil, está matando como nunca en este país, y a nadie le está pareciendo esto una amenaza, a nadie le está resultando un problema nacional.
Vaya país que necesita que los muertos tengan cartelitos, y olor a pólvora, para preocuparse.