Requiem por Dan Brown

como decía melcochita: "¡No compren!, ¡no lean!".
El buen Iván, Iván tahis para los amigos, que adora el Kindle, pero odia a Brown, hace un llamado, casi una publicación de bula, del papa Fresán, para no leer el último libro de dan brown, "El símbolo Perdido".
Con entusiasmo de sacristán, Iván jura o confiesa que Rodrigo fresán, ha aplastado a Dan Brown. No queda claro de si lo aplasta con las toneladas de esa mal disimulada envidia que exhuda el artículo en el ABCD, o más bien, con las toneladas de libros que está vendiendo el creador del personaje Robert Langdon.
Sin detrimento de las críticas que puedan formularse a la última publicación de Brown, donde ciertamente se nota una plantilla, una fórmula ya utilizada en sus dos anteriores novelas, la crítica de Fresán nos parece frívola, anclada en tribialidades y con una obcesión adolescente por reivindicar a sus ídolos personales, a costa de bajarse a uno que no lo es, pero que aparece como más exitoso que los suyos.
De Iván, en realidad, más bien nos suena a una resignación algo pueril. Nos suena a que si él, el buen Iván se supiera con la posibilidad de acercarse e idolatrar personalmente a brown, entonces desestimaría las críticas de fresán, y, talvez, lo tendría como un escritor latinoamericano poco feliz. Pero, ya que no con Brown, que más da, nos quedamos con Fresán, como ídolo personal.
Iván, estimado, nos han avisado que dan Brown se viene unos días por Lima, y necesitamos a alguien que haga de anfitrión. alguien que lo lleve a comer, a beber, a visitar la plaza de toros, ?he?, ¿que dices?. ¿Te animas?. Es más, queremos convencerlo para que apadrine el B39, el C42, y el D97. habla.