Hoy por la mañana en la sesión de interpelación al Ministro de Educación Antonio Chang la congresista Marta Hildebranth, soltó el clásico insulto del que suele abusar la lingüista: ¡ignorante!.
Esta manía entre aristocrática y huachafa que aún conservan algunos nostálgicos de la Lima señorial, cae siempre rechinante y disfónica en una persona que se precia de ser lingüista, como de hecho lo es. Pero que de trato personal y de interacción personal, resulta paupérrima. Marta Hildebranth, que siempre que Fujimori hablaba, tenía que comerse los sapos que su amo imperial lanzaba, nunca ha podido reconocer que en política ha hsido tan eficiente como lo ha podido ser Susy Díaz. Por ejemplo, aún no ha reconocido que en todos esos años apoyó, blindó y defendió a un criminal como Fujimori.
Lo que me llama la atención, es constatar como la gentita mediática como Bayly, la propia Magaly Medina, y curioso, Rosa María Palacios, suelen ser condescendientes con esta profesional del insulto simplón, el insulto de hacendado. La periodista Rosa María Palacios al propalar el audio donde se oye el insulto de la Dra. Hildebranth, no se lleva la mano a la boca, como cuando Bayly habla de sus intimidades. No, en este caso, Rosa María simplemente sonríe y comenta condescendiente:
Qué cosas ¿no?.
Es esta ética selectiva, la de juzgar ciertas cosas con talante escandalizado, y otras, con predisposición condescendiente, lo que hace de muchos de estos personajes mediáticos, poco creíbles.
Si la agresión verbal hubiera venido de otro personaje, digamos el bravo de Daniel Abugattas, de seguro que la tía Palacios se persignaba. Pero, no. como era la doctora Hildebranth, entonces, "hay, qué cosas que tiene la política", y nada más.
Ja, manga de mediocres tanto en la política como en el periodismo.
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