17 de diciembre de 2007

Signos, Totales!

Sobre los conciertos del grupo Soda Stereo el fin de semana último, en Lima, me interesaba consignar un par de temas, o signos.
De un lado, la extraordinaria maquinaria de márketing que se movió al rededor de estos eventos. El mensaje que se propalaron desde las radios, una en especial, era de tal calibre que quien no pudiera asistir, simplemente no tenía más alternativa que deprimirse. Desde el lanzamiento del regreso del grupo, la transmisión de las conferencias, los periódicos reportes desde cada punto de la gira, etc.
Todos ganando. Los auspiciadores, las grandes operadoras telefónicas, las emisoras de radio, los centros de venta de entradas y souvenir, etc. No sé si será mi percepción, o es que el grupo mismo, Soda Stereo, siempre irradió una atmósfera a Márketing, a spot publicitario. Mucha imagen, mucho estilo puesto en venta, pero, menos energía o mística en su construcción musical.
No se conoce tanto de la predilección musical de cada miembro del grupo. ¿Qué música escucha el señor Alberti o el señor Zerati?. ¿Qué honda con su evolución espiritual expresada en la música que hacen?. No los imagino, como por ejemplo, a los Led Zéppelin en una velada nocturna sentados ante una fogata, y tocando unas guitarras para robarle algo del misterio a la noche.
No. Nada de eso. Los imagino más bien, juntos, hombro a hombro, con sus ejecutivos de ventas y márketing, decidiendo los slogans comerciales, discutiendo al ritmo de sus móviles o portátiles, los costos y las barras de flujo en una hoja de Excel, los detalles de la estrategia y los potenciales ingresos.
Ese es el signo. Los alucino más diseñando estrategias, que explorando nuevas pulsiones musicales. En fin, que podríamos alegar si el contrargumento es: "Bueno, Soda mueve millones de dólares y cualquier poeta o artista romántico puede virtualmente morirse de hambre". Esa parece ser la actual lógica del arte. El signo de la música contemporánea.
El otro tema, era el del maltrato a alguno de los artistas peruanos que debían aparecer como teloneros Revisar noticia aquí:

En un post anterior, me referí al temperamento peruano y alguno de sus rasgos característicos. Y, lamentablemente, es una cuestión constatable en todo ámvito de nuestra realidad. La ironía que yo encuentro, es que el artista peruano, Max Castro, cuando se entera que sería el telonero en el concierto de Soda Stereo, se declara fan de dicho grupo. Al cual, con toda seguridad, trata de emular. Pero, luego, el equipo que rodea al grupo, trata al artista peruano como a un ciudadano de segunda categoría, en su propio país.
Probablemente para muchos artistas con poca personalidad, puede quedarles el mensaje de que la condición del ídolo contemporáneo, es que la sobervia y el atropello son signos característicos del éxito. Son estos los signos que se instalan en la atmósfera seudocultural, en el imaginario colectivo.

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