Dinosaurios de Oro

Luego de que el banco Lehman Brothers, el cuarto en importancia en Estados Unidos, quebrara, y que verdaderos totems de las finanzas como Merrill Lynch y Goldman Sachs hayan sido salvados con respirador artificial dentro de la crisis financiera actual que vive la economía norteamericana, uno se pregunta si esta, la economía no sufre el mismo sindrome que el de la política, vale decir, se han desconectado absolutamente de la realidad.
Pablo Bustamante, experto consultor en economía, y evidente entusiasta del capitalismo, defiende sin rubor el hecho de que el estado norteamericano intervenga y, en lugar de dejar que sea el mercado el que acomode las cosas, tal como los liberales condenan a las grandes mayorías, y protejan, rescaten, y salvaguarden a tantas corporaciones en peligro de extinsión.
Este discurso cínico y contrahecho de supervaloración del mercado, de esa mano invisible que distribuye las riquezas de acuerdo con designios arcanos, y que al mismo tiempo se desdibuja con facilidad cuando de salvar a estos megasaurios financieros se trata, nos está condenando a cada vez, mayores crisis no solo ya económicas, sino, de credibilidad en el sistema y en sus preceptores.
En buena cuenta, todo este tiempo, desde la caída del sistema socialista o de socialismo real, se nos dijo que este era el camino. Este el del juego libre de las oportunidades y las inversiones. Ahora, que se cae, que el sistema vencedor, el capitalismo empieza a perder, entonces, se alteran las reglas de juego, se detiene el partido, y antes de que pierda por goleada, se retira al jugador para evitar su derrota.
Parece que esta crisis en la que se debate el sistema financiero internacional nos va a mostrar muchas cosas, no solo a nivel de factores económicos, sino además, en el terreno de la correlación de imaginarios y modelos civilizatorios.