9 de setiembre de 2008

Silvio y la eterna disputa

Arte y algo más.

En un reciente post, Gustavo Faverón nos comparte en su Blog, algunas percepciones suyas sobre la ruina musical de Silvio Rodríguez.
En otras diversas oportunidades, he tenido ocasión de escuchar alegatos de este tipo. Creo que en este tema, se suele juntar y mezclar arbitrariamente tópicos que no siempre van en paralelo. Lo que sucede es, como se sabe, que la imagen del trovador cubano, Rodríguez, infunde inevitablemente la cuestión del arte como tal, y la de la de su posición política. Entonces, dada la complejidad de valorar su arte, se suele utilizar una cosa para invalidar la otra.
Personalmente siempre he creido que la creación y performance de silvio, tiene atributos múltiples. Primero, el de la cuestión puramente poética y lírica. En segundo lugar, la cuestión de su actitud, su postura política o filosófica como tal. Aspectos, al que yo, en un post del año pasado, añadía la dimensión guitarrística.
Respecto de la dimensión poética en la obra de Silvio, no agregaré nada aquí. Debería bastar para ello, la enunciación categórica que hiciera Facundo Cabral, en una entrevista con Hildebrandth, donde alude a Silvio, como un verdadero brujo de la palabra. O, la adjudicación del grado Honoris Causa que le hiciera la universidad de San Marcos, el año pasado entre poetas, y hombres de Letras incluyendo al propio Marco Martos.
Lo que sí quería era, rebatir, si ello fuera posible, lo señalado por Faverón en uno de sus comentarios a su referido post "10 himnos". Solo me enfocaré a lo señalado por el amigo Gustavo Faverón.
Gustavo dice: ""Silvio Rodríguez canta la revolución ...·. Vale. Pero, pregunto: ¿Solo canta a la revolución?. Sostener eso, es desconocimiento absoluto. Puede ser que él sea ´mas conocido por esa imagen. Pero, quienes conocen su música, saben que obviamente Silvio no es monotemático. Luego, Gustavo sigue: "Su música es la eterna repetición edulcorada y entristecida de las mismas tres notas". Esta puede ser una frase interesante. Pero, evidentemente es solo eso. Una frase. Esforzada, quizá. Pero nadie con rudimentos de música, de melodía, y composición musical, podría sostener esto que Gustavo desliza con insolencia. Silvio, no solo desde la época del GES, Grupo de Experimentación Sonora, cuando introducjeron sonidos y tonos innnovadores en la composición musical, sino, también cuando le solicitaron musicalizar una película; sino, hasta sus creaciones recientes, digamos los últimos diez años, siempre ha estado jugando con sonidos nuevos, como en su álbum Descartes, siempre ha ido en permanente exploración.
Luego, Gustavo termina el párrafo de su comentario, con notable malediscencia: "su primera época y la última son lo mismo". Lo que sucede, es que cuando se pretende analizar a un clásico con presupuesto exiguo, se corre el riesgo de soltar peregrino galimatías.
Y es que una cosa es mantener un estilo personal, y otra, repetir. Habría que mencionar, que muchos cantores y autores hispanos actuales como Arjona, Franco de Vita, el propio Juan Luis Guerra, o incluso Gianmarco, son seguidores declarados de Silvio. Aquí agrego, que Silvio tiene etapas distintas. Unas exclusivamente acústicas, como al comienzo de su carrera, otras en la que se acompaña con orquestas completas, como en los Trípticos, otras en las que utiliza sintetizadores digitales como en su álbum Dominguez, y su última performance con el grupo Trobarroco. Lo que pasa, es que a Gustavo, simplemente no le gusta su música y por lo tanto, no la ha escuchado completa. Por eso, puede sostener cosas como cuando le atribuye a Silvio sin ningún fundamento: "eliminando la experimentación, castrando el impulso individual, limando lo incómodo, Cualquiera que conozca algo de la biografía de Silvio, sabe que precisamente esa fue una de las razones por las que Silvio no se internacionalizó tan rápido como otros. Silvio, no era televisable, no era editable y vennndible en el mercado de la época.
Más adelante, Gustavo habla de: "elogio a la dictadura, la canción de discusión intrascendente, la canción hipócrita que es la de Rodríguez ...". Y le reclama a Silvio no referirse a cosas como él lo denomina, "esenciales" de la revolución cubana, comparando su experiencia, la de Silvio, con la emergencia de la canción protesta en los Estados Unidos.
Debo decir, que el régimen de Cuba, no es de mi simpatía, exactamente como no lo es la política internacional norteamericana de los últimos cien años. Pero, ser leal a un pequeño país, débil y además, por si fuera poco, bloqueado desde la mitad del siglo XX, puede ser objeto de condena?. Haber apoyado y participado artísticamente en las causas perdidas de los últimos cuarenta años, donde casi se sabía como irían las cosas, ¿puede ser hipocrecía?. Creo que hay mejores casos de hipocrecía que Gustavo podría ensayar, como el rol de la CNN, o los éxitos en el MTV, etc.
Pero, claro, quién soy yo para defender a Silvio. Quizá, talvez, pueda entenderse mejor su posición, su postura, de sus propias palabras. Aquí les dejo con una entrevista del 2006, realizada por nada menos que Jaime Bayly, de quien no puede decirse que sea procastrista o filocubano. La entrevista es interesante, no tanto por las preguntas, sino, sobre todo, por las respuestas que da el propio Silvio, a muchas de las leyendas, como las de Gustavo, que se suelen atribuirle gratuitamente.






Primera parte de la entrevista.
Segunda parte.
Tercera parte.
Finalmmente la cuarta parte.

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