10 de febrero de 2010

la ciudad Inacabada

Lima y sus cambios incompletos.
Ayer pudo verse cómo en el distrito limeño de Barranco, los vecinos se enfrentaban a los serenos y matones del municipio de Lima, defendiendo el espacio público de su distrito, de su vecindario. una vez más, el origen de esto que pasa en Barranco, la inefable tendencia nuestra a dejar las cosas a medias, a inaugurar antes de tiempo, o simplemente no cumplir con lo establecido, va a afectar y perjudicar al vecino, al contribuyente peruano.
Desde ejemplos como el de la vía Expresa, el conocido zanjón de Lima, que debía ser una vía subterránea, que nunca se culminó, por eso quedó como un zanjón y no como lo que debía ser, hasta delitos flagrantes como el del Tren eléctrico, Lima es, ha sido, y parece que seguirá siendo la ciudad de lo inacabado, de lo falto por terminar.
El bendito zanjón, simplemente nunca se llegó a techar. Y quedó así, sin poder aprovechar esa vía, en dos niveles. el del subsuelo, y el del nivel normal. Hoy, ante los desequilibrios del clima, con lluvias inesperadas e inéditas, ese zanjón corre el riesgo de convertirse en un canal de agua, donde además de autos, de seguro se verán botes y balsas para llegar desde el centro hasta barranco. ocurre que como su diseño no preveía un canal abierto, sinó techado, como en las grandes ciudades, este zanjón no dispone de sistemas de drenaje adecuados por lo cual, solo cabe orar para que el clima no se desate y nos complique la vida en este país bastante informal.
Otros casos, son el estadio de alianza Lima. que debía tener dos niveles de tribunas, como los grandes estadios. Simplemente lo dejaron con el primer nivel, y resulta siendo un estadio insuficiente, incompleto, que nadie comenta. Otro, es el caso de los compadres del anterior. el estadio de la U, en Ate, en su diseño original, contemplaba un acceso amplio hacia la carretera central. Ello implicaba la remoción de un cerro, y la apertura de una vía que le permita tener un trasciego normal de público asistente. bueno, eso no se hizo, o se hizo mal. Y hoy, ese estadio está subutilizado, tiene problemas para realizar mega eventos, como en cualquier otra ciudad del mundo, y sobre todo, cada que se produce algún clásico, los vecinos son los eternos perjudicados.
El Tren eléctrico, es un caso emblemático. Una vía de funcionalidad urbana, que debía comunicar el cono sur, villa el Salvador, con el cono Norte, San Juan de Lurigancho. ahorrando no solo costos, sinó sobre todo tiempo, para pobladores de casi diez distritos por donde se supone va a circular. Es una obra del primer gobierno de garcía, que nunca se terminó, que no ha brindado ningún servicio mínimamente esperable de una obra de esta envergadura, hoy luego de veinte años, aún no tiene perspectiva de culminación, salvo lo que se anuncia como la retoma de obras lanzada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. con vagones y rieles probablemente ya bastante oxidados, con una inversión, con dinero de todos los peruanos, tirados al agua, o, probablemente a alguna cuenta secreta, esta obra nos recuerda la condición de ciudad que no termina de ser.
En el caso de barranco, y las obras del sistema metropolitano de transporte, muestra casi una combinación de lo del zanjón y lo del Tren eléctrico. este sistema del Metropolitano, por su envergadura y su inversión, debía transitar por un distrito tan pequeño y apretado como Barranco, por el subsuelo. el tramo que discurre por barranco, debía ser subterráneo. De tal modo que no le robara espacio público y circulación normal por las calles del distrito. Sin embargo, las ineficiencias o peores motivaciones, de los alcaldes de barranco, el cínico Martín del Pomar, y de Lima, Castañeda Lossio, determinaron que algo que por fuerza, y por lógica urbana debía ser subterránea, va a ser a nivel del suelo. con todas las consecuencias de colapso y perjuicio en la calidad de vida de los barranquinos que ello va a significar.
La bronca de los vecinos de barranco, simplemente nos muestra la resistencia a ser, o a seguir siendo, una ciudad de obras incompletas, mal hechas, una ciudad de sueños inacabados. Talvez deberíamos apoyar más directamente la protesta justa de los barranquinos de hoy, pues, en el fondo es nuestra protesta, nuestro problema.

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