26 de febrero de 2010

Los sustos de Hildebrandt con la Teta

Cuando aparecieron los créditos finales no sabía a qué espectáculo había asistido

Como ya sabíamos, el entusiasmo por los logros de "La Teta Asustada" de claudia llosa, han corrido por camino aparte, de las valoraciones estéticas de la película, como expresión estética. el periodista César Hildebrandt soltó recientemente sus comentarios sobre las calidades del film de Claudia Llosa, y la cosa fue, como no podía ser de otra manera, con candela y ají, pero, sin duda, con mucha lucidez. Nosotros aún no hemos tenido ocasión de verla, pero, enfocándonos en la opinología local, resulta interesante contrastar las disímiles percepciones que sobre "la Teta Asustada" se han vertido en los últimos meses.
Dejo aquí, parte del texto, que aparece en el Blog no oficial del periodista:
Vamos a ver. Los actores de "La teta asustada" no son buenos y al no ser buenos no sostienen una historia hiperbólica que hubiera requerido un registro realista que compensara tanto exceso. ¡Y es que el realismo incluye también lo actoral y eso es algo que el cine sudamericano, con algunas excepciones, no logra entender!
La fotografía de "La teta asustada" combina las postales distantes, los planos abiertos de un observador frío, con algunos primeros planos voluntaristamente dramáticos y sin sentido y con encuadres gaudianos, retorcidos y amputadores. ¿Fue un aporte al cubismo que hubiese brazos cortados, contraplanos a media caña, manitas sin antebrazos, codos sueltos?
La película es un tour para catalanes y berlineses perversones en torno a un país trágico que Claudia Llosa se ha empeñado en hacer cómico (y, claro, así, en clave de humor negro y de sal gruesa, elude rozar siquiera el origen de todo: la raíz social no de la papa sino de la injusticia y la escisión social).
Todo folclórico y apretado, todo hecho para arrancar exclamaciones de risas, horror y condescendencia entre europeos culposos, oenegistas con mucho millaje y amantes del exotismo.
Y casi todos los personajes de la película exhiben una estupidez cacasena -¿de origen viral, hereditario, antropológico?-, como aquella novia que, teniendo un vestido con una cola de varios metros, está descontenta porque quiere más tela para más cola y que termina, como idiota mayúscula, subiendo al podio inverosímil que Claudia Llosa le ha puesto, no por los peldaños "majestuosos" de aquel armatoste de cartón sino por una escalera de albañil desde la que está a punto de caer.
"La teta asustada" no es una mala película porque retrate con saña de turista pronazi las miserias y pellejerías de la pobreza urbana de Lima ni aluda, con enorme timidez, a las fechorías que sufrieron nuestros campesinos de manos de terroristas y militares. Es mala porque cinematográficamente es un desastre.
La historia no te la crees -no porque sea irreal sino porque está mal contada-, los actores recitan muchas veces frases sin sentido, ...

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