16 de junio de 2011

El Cristo del Morro

Alan el tío pendeivis.
Alan Pendeivis.
Que la gente tenga o cultive su fe, que la religiosidad o el catolicismo es fuerte en el Perú, o que 'a caballo regalado no se le mira los dientes', es por supuesto, una obviedad. Y repetirlo, una redundancia. el problema es el contexto y la circunstancia en que sucede lo del regalo brasileño, el Cristo grande, alto, y llamativo desde toda la ciudad.
Tampoco es para mí, que el regalito este haya sido unregalo inducido por parte de alan garcía. Finalmente, si los recursos van a salir de otra parte, de una empresa privada brasileña, ¿cuál es el problema?.
Lo que nos perturba, nos escalda las pelotas, es que un vivo, como el vivo de alan, utilice la fe, la vulnerabilidad antropológica de pueblos como el peruano, para apuntarse a sí mismo, una nota aprobatoria que no se ha ganado lícitamente. Es el acto de buscar que sacar ventaja a partir de un tema como el de la religiosidad popular, lo que nos calienta a algunos.
Todo lo demás, que el regalo sea brasileño, que sea una imagen ajena, que se trate de privilegiar una y no otra religión, para el suscrito, es totalmente irrelevante. Incluso, el que no se haya pedido permiso, si se tratase de un beneficio por entero, puedo pasarlo por alto.
El problema, como venimos señalando, es que la forma, expresa un contenido, un fondo claramente contrahecho, contaminado. Y, contaminado por la pendenciera voluntad de gente como alan, o cualquiera que fuere, de utilizar, de calcular, de sacar ventaja, de usufructuar con ciertas vulnerabilidades de la población.
Probablemente una cosa como esta, hoy, pueda pasar, pueda digerirse como uno de esos hechos consumados que tanto le gusta a los prepotentes. La cuestión será mañana, cuando otro prepotente o vivato como alan, quiera beneficiarse del precedente, de esto que hoy se impone bajo la forma de altruismo religiosoide, y nos quieran clavar alguna otra adefeciera forma de imposición icónica, patriotera, dogmática o de imaginería populachera.
Es eso, la forma, la modalidad, y las implicancias lo que no hay que perder de vista de estos desaguizados oficialistas que de cuando en vez nos propinan los vivos, los pendeivis de siempre.

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