15 de julio de 2011

Webtrolls y El Síndrome del vivo

Un tal @gonzaliux en el estercolero.
Larry, Moe y Gonzaliux
Resulta harto significativo notar como esa cultura muy peruana, muy tristemente nuestra, el de apelar al recurso barato, al desplante simplón, al chiste escolar, para apuntalar posiciones o perspectivas, sse traslada con tanta ligereza a las redes. Traslación, transferencia que puestas en los circuitos de la web, sean del FB o del Twitter, adquiere resonancias básicamente antihigiénicas.
El problema, lo grave está en que muchos de estos carcamanes, se la creen. Es el caso, por ejemplo, del tal @gonzaliux, un perfecto hijo de vecino, que pretende pasar sus rabietas malsonantes de resentido, por ingeniosidad, por graciosada criolla. Evidentemente, el problema no es solo que gentes así se la creen, sino, que además, su entorno no tiene la entereza de avisarles que algo no corre en su performance. Y, toda su singlatura de baja estofa, termina convirtiéndose en spam, en arrebatos de troll.
Sí, es cierto, estoy escribiendo sobre nadie, vale. Así es. Pero, lo no desdeñable de un tema tan aparentemente irrelevante, está en que detrás de estas manifestaciones irrisorias o no, se encuentra lo que en otro contexto, hemos denominado el síndrome del vivo.
O sea, el conjunto de síntomas, de malestares culturales que fluye en el imaginario peruano, que pretende pasar por virtuosismo, pero que en el fondo, termina siendo excrecencia perjudicial, insalubre, para los lazos y el tejido social nuestro, peruano.
El síndrome del vivo se expresa en el conductor aquel que por querer ganarle al de a lado, y termina atorando todo un cruce vial. O, el que por ahorrarse gastos, carga su plata en bolsas, y termina esquilmado. O, el que responde con arrebatos de patán, pero que termina más acomplejado que nunca, como podría ser el caso de un tal @gonzaliux.
En fin, que le hacemos, toca subrayarlo, decirlo, compartirlo, y nombrarlo, para que no se esconda, para que ese síndrome no pase tan inadvertido, para que siga haciendo menos daño del que tanto ya ha hecho por estos lares.

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