20 de abril de 2011

Herbert Morote sobre Vargas Llosa

Cuando la lucidez pesa más que las diferencias.
El-guia-buena1 Morote
Leo el artículo de Herbert Morote en su blog Filípicas de Herbert Morote, y no puedo dejar de consignarlo por aquí. Coincido perfectamente con su apreciación, y a decir verdad, que, aunque suene a demasiada provocación, suelo estar más de acuerdo con Morote que con Vargas Llosa. Para el caso, se da la circunstancia de que estoy plenamente de acuerdo con ambos.
Consigno el artículo completo e invito a visitar su blog:
VARGAS LLOSA, HUMALA Y YO
Los que me han leído saben que Vargas Llosa no ha sido un santo de mi devoción a partir de que escribió -Como pez en el agua- y que me obligó a publicar el libro -Vargas Llosa tal cual- que ganó el premio de ensayo Kutxa en España el año 1994. http://herbertmorote.com/vargas_llosa.asp Como cabría esperar en el Perú la prensa vargallosista, con El Comercio a la cabeza, me atacó ferozmente.
A partir de mi libro, Mario no me habla a pesar de que nos cruzamos en nuestras matutinas caminatas cuando está en Madrid (somos vecinos). No lo culpo, mi libro desmontaba sin medida ni clemencia sus argumentos políticos y la retorcida interpretación que daba a su infancia y juventud, o sea durante los años que compartimos en La Salle, Leoncio Prado y San Marcos. Sin embargo, en ninguna parte de mi ensayo puse en duda ni rebajé un ápice el reconocido talento que tiene para la literatura. Es más, lo elogié por ello. Por eso cuando le otorgaron el Nobel me alegré por él, por el Perú y por nuestro idioma. Una cosa es no estar de acuerdo con su pensamiento neoliberalista y otra cosa es no apreciar su contribución a nuestra lengua con obras como -La fiesta del Chivo-, -La Catedral-, -La ciudad y los perros-, y muchas más.
Cuando me llamaron varios medios del Perú para entrevistarme con relación a su Nobel, preferí no responder. Creí que sería de muy mal gusto empañar la euforia con la que el Perú recibió la noticia, en especial la gente pudiente y de la clase media. Cada uno sentía como si el premio fuese para ellos, no para Mario. El Perú ya no era un país de incultos e ignorantes cuya educación está a la cola de los países de mundo, no, el Perú era un pueblo culto, tenía un Nobel.
Pues bien, esa misma gente que hace pocos meses se les hinchaba el pecho de orgullo por Vargas Llosa son los mismos que ahora distribuyen insultos de la peor especie, denuestos que enrojecen y mentiras tan grandes como el universo. Ni los más acérrimos enemigos de Mario, la izquierda, sea progresista o retrógrada, lo han llenado de procacidades ni calumnias como ahora lo hace ese sector vergonzoso de la burguesía arribista que defiende a Fujimori.
¿Qué ha cambiado? Simplemente que Vargas Llosa ha tenido que escoger entre la certeza y la duda. Mario escogió la duda. Con Fujimori no hay que especular, se sabe con certeza que es un corrupto, asesino, ladrón, y que no respeta ni la democracia ni los Derechos Humanos. Con Humala se puede creer que prefiere una política progresista y nacionalista como la de Lula, y no la de Chávez llena de escándalos y demagogia.
Escojan señores, hagan sus apuestas. Yo votaré por Humala, por la democracia y por los Derechos Humanos, en este caso coincidiré con Vargas Llosa.
HM

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