11 de noviembre de 2010

La Bonanza Económica que Genera Malestar Humano

Apoya en Facebook la Causa de los Trabajadores de FASA.
Carlos Mejía del GCC.
El intento de ponerse optimista por la actual bonanza económica en Perú, suele chocar extrepitosamente con casos y situaciones en las que las personas, los ciudadanos, los peruanos terminan siendo víctimas de maltrato, o directamente explotación. El caso de la cadena Farmacias peruanas S.A. evidencia la naturaleza de un esquema de desarrollo y crecimiento viciado y hasta perverso.
Viciado porque en el fondo, no contribuye con una lógica de crecimiento integral, que incluya lo material y lo humano, y perverso porque va sembrando un descreimiento, la anomia, entre los supuestos beneficiarios del esquema en cuestión.
La expansión financiera y de infraestructura de las empresas que llegan a operar en el Perú, no se condice con el daño moral y humano que se perpetra en el imaginario de los ciudadanos peruanos. Elementos que inevitablemente conspira contra toda posibilidad de consolidación de una lógica de mercado, de competencia, y de desarrollo. Tal como lo explica Carlos Mejía del Gran Combo Club, en su reciente artículo sobre el caso de los empleados de FASA, el maltrato grosero y el disvalor por el esfuerzo del trabajador que se instala entre nuestros jóvenes, es no solo inaceptable, sino, como lo hemos señalado ya antes en este blog, hasta peligroso en el largo plazo.
Consignamos aquí, la Web de apoyo en Facebook, y parte de lo aparecido en el blog GCC:
Un joven peruano estudia tres años haciendo grandes sacrificios para tener un título de "Técnico en Farmacia". Tres años de estudios. Otro joven estudia cinco años para ser "Químico Farmacéutico". Bien.
Pero en la empresa Farmacias Peruanas S.A. ni los tres años ni los cinco años de estudios significan algo. No valen nada. NADA. Pues los contratos para estos jóvenes los registran como "cajero-vendedor".
La empresa considera que son vendedores. No son técnicos ni profesionales en sus respectivas ramas. Curiosa forma de motivar a sus colaboradores.
No sólo eso. La empresa considera que si bien los trabajadores pasan ocho horas en los locales de farmacias, NO están trabajando. Como son "vendedores", asume que tienen lapsos de trabajo con periodos de inactividad. No importa que estén permanentemente en los locales, que cumplan las ocho horas, que no solamente atiendan al público, sino también ordenen las medicinas, realicen inventarios, limpien el local, cobren tarjetas de crédito, ofrezcan productos de las marcas de la Botica, etc. etc. etc.

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