20 de noviembre de 2010

La Coherencia de Faverón y la Ética de Grupos

Acerca de las Críticas a las Críticas de las Críticas de Denegri.
Puente Aéreo.
Como consecuencia de un post del crítico Gustavo Faverón en el que criticaba ácidamente a uno de los programas de Marco Aurelio Denegri, sobrevino unas anotaciones por parte de Silvio Rendón del GCC.
Básicamente Rendón subraya la facilidad con que el crítico Faverón reacciona virulentamente contra MAD, cuando se trata de ciertos escritores, o cierto tipo de escritores. A lo que Faverón responde con ese acre estilo, tratando de descalificar no solo los apuntes de Rendón, sino, al propio Rendón. En una de sus últimas respuestas, Faverón se pregunta lo siguiente:
¿será que mi plan es hacer que nadie más que yo tenga derecho a hablar mal sobre esos autores? ¿O será que soy un esquizoide que los detesta un día y lo adora al día siguiente?

Según Faverón, como en su libro 'Toda la Sangre incluyó a escritores como Miguel Gutiérrez, Oswaldo reinoso, y Dante Castro, señala que:
no sólo me salva de la esquizofrenia, sino que me convierte en una persona regularmente coherente, creo yo.

En realidad, comprender la naturaleza de las relaciones literarias o paraliterarias en nuestro medio, no es intrascendente, como quisiera mostrarlo Ernesto Carlín aquí. Menos aún, lo son la lógica, la índole misma de esa relacionalidad perturbadora de alguna forma de entramado social coherente entre nosotros. Dichas relaciones, son reflejo de el tipo de relacionalidad humana y social que lastra al país.
Claro, tampoco puede ofrecerse pruebas empíricas de la lógica que mueve a Faverón, en su pedido de cerrar el programa de MAD. Pero, creo que no es difícil observar una tendencia. Uno revisa cosas como que en 1999 con motivo de la publicación del libro de Herbert Morote, 'Vargas Llosa tal cuál', Faverón larga con una crítica virulenta contra Morote. Luego, en su propio blog, Puente Aéreo, Ampuero insulta groseramente a Reinoso, y Faverón, casi solo se sonroja. Pero, cuando alguien hace lo propio con Thais o Ampuero, entonces, Faverón saca la metralleta.
En el fondo, lo verdaderamente significativo no está tanto en que para Faverón tales o tales escritores sean intocables, pues, por su calidad, sería casi imposible concebirlos como tales, sino el hecho de que en este crítico se advierte esa lógica de grupo, cuya consigna es: "Solo nosotros podemos tocarnos o criticarnos".
Entonces, por supuesto, cabe la posibilidad de que un miembro del grupo critique a otro, como es el caso de la relación de posts que Faverón enumera. Lo que de ninguna manera cabe es la posibilidad de que alguien de fuera del grupo , (alguien que no está "in"), pueda criticar a uno de sus miembros. El caso de Daniel Salas, es más reveladora de este carácter de las relacionalidades cuya perversión está en que distorsiona el curso normal de las percepciones y la crítica de la cultura o el arte en nuestro medio.
Lo otro interesante, es advertir que estas relacionalidades o, esto que también podría definirse como una "ética de grupo", se configura no por un proceso conciente o expreso; sino, que aparentemente se construye a través de un tráfico imperceptible y aleatorio de códigos y elementos en clave "statu quo". Vale decir, en el fondo, pareciera que no es tan consistente que Faverón recuse el tipo de crítica de MAD, sino, que la defensa o protección de Roncagliolo es más relevante, dentro de esta lógica de grupos, en virtud de su creciente acceso a medios y entornos editoriales de prestigio en España. Si Roncagliolo antes, en la época de su debut aparecía como un novato y "recién llegado", hoy casi ocho años después, ya forma parte del mainstream editorial español, entonces, su mensaje, su código, ya ha sido adecuadamente decodificado por los receptores de ese tipo de mensajes. Por lo cual, resulta más fácil y hasta sonoro, matar a MAD, defendiendo a Roncagliolo, que viceversa. En esa línea le encuentro sentido a LO QUE SEÑALA sILVIO rENDÓN:
Denegri le da duro a un statu quo que ya le va bien a Faverón.

La cuestión está en que, por su parte, determinados creadores o escritores, jamás, calificarán como statu quo. Ess el caso de Gutiérrez, Huaranca, Castro, Mazoti, etc. No basta con estar en alguna universidad americana o similares, sino, que aún sin siquiera conocer o mantener algúna relacionalidad con estos grupos, debe sí ostentar un perfil Claramente "estatu quo", una performance "mainstream". En parte, por eso, Mirko es casi un intocable. Uno, jamás lee a Aldo M. insultarlo como insulta a Lévano o a otros.
Otro ejemplo de ello, podría ser, digamos, el caso de Claudia Llosa. La cineasta no forma, no parecía formar parte de esos grupos. Pero, una vez alcanzada ciertas cotas de repercusión mediática, mejor aún, de lograr ciertos premios internacionales, ya estaba "in". Ya calificaba como "agrupable". Por tanto, rápidamente el mensaje es percibido, el código decodificado. Entonces gente como Faverón, a pesar de reconocer que no la conoce, que no es su amiga, sale y la defiende con virulencia en el ámbito de algunos debates. La idea no es, no parece ser, entre los tributarios de esta "ética de grupos", el defender ideas o perspectivas del arte, sino, la de establecer aquello que resulta siendo más eficaz, más rentable en términos de acceso y llegada al mainstream, vale decir, el ejercicio de la "ética de grupo".
Para Carlín, que no es del todo, pero que puede adivinarse, quisiera formar parte de, quisiera estar "in", hablar o puntualizar estos detalles, le parece o le suena, como diría Roncagliolo, básicamente intrascendente. No quiere que se personalice, no le agrada que el foco de la discusión se oriente hacia estos aspectos del ffenómeno. bueno, es comprensible esa aprensión, a la luz de la índole de esas relacionalidades.
No sé si este tema pudiera ser novelable. Sería delicioso comprobarlo. Lo que si tenemos por seguro, es que la posibilidad de deconstruir este fenómeno, este rasgo socio-cultural nuestro, es clave para desentrañar otros tantos rasgos de la naturaleza cultural y humana de los peruanos.

2 comentarios:

Tanque de Casma dijo...

Hola, Lucio
Cuando escribí en el blog de Silvio que personalizar la discusión era volverla intrascendente, me refería a que, si interpretas toda acción como reflejo de los niveles de amistad de los involucrados ibas a reducir el debate y malinterpretar argumentos. Por ejemplo, tú, sin conocerme, asumes que mi accionar es porque quiero formar parte de un grupo. Pero la realidad es que ni me lo he planteado.
Saludos

Lucio Suárez dijo...

Ernesto, entiendo tu punto.
Tengo, sin embargo, la siguiente cuestión. Si tu postura se manifestara permanentemente y reiterativa, permisivo con ciertos hechos, pero, desestimador con otros, como en este caso, eso ya dejaría de ser una simple interpretación mía, verdad?.
Digo, trato de imaginar si dirías lo mismo, cada vez que, por ejemplo, Thais se la agarra con escritores como Miguel Gutiérrez, o Eduardo Galeano. O, cuando Gustavo se la agarra con Ibarra o Coral.
Sería interesante. Mi problema es con la permisividad selectiva, no con tu postura ni contigo.
Slds.

Lucio